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Trombofilia hereditaria grave por deficiencia congénita de proteína C
Definición de la enfermedad
El déficit congénito de proteína C es un trastorno hereditario de la coagulación debido a una reducción del nivel de síntesis y/o actividad de la proteína C y caracterizado por síntomas profundos de trombosis venosas. La prevalencia del déficit grave de proteína C.
ORPHA:745
Nivel de clasificación: Trastorno- Sinónimos:
- Trombofilia autosómica recesiva por deficiencia congénita de proteína C
- Trombofilia autosómica recesiva por deficiencia de PC
- Prevalencia: Desconocido
- Herencia: Autosómica recesiva o Autosómica dominante
- Edad de inicio o aparición: Neonatal
- CIE-10: D68.2
- OMIM: 176860 612304
- UMLS: C2930896
- MeSH: -
- GARD: -
- MedDRA: -
Resumen
Epidemiología
Se estima que la prevalencia (formas homocigotas o heterocigotas compuestas) es de1/500.000. La deficiencia parcial (formas heterocigotas) es mucho más frecuente (1/200 - 1/500). Afecta por igual a hombres y mujeres.
Descripción clínica
Los pacientes con un nivel indetectable de proteína C, por lo general manifiestan la enfermedad varias horas o días después de nacer, con púrpura fulminante o trombosis venosa masiva. La púrpura fulminante es una manifestación muy grave, que provoca coagulación diseminada y necrosis tisular. Los pacientes con bajos niveles, aunque detectables, de proteína C presentan síntomas leves, por lo general, parecidos a los que presentan los individuos heterocigotos. Habitualmente, los pacientes heterocigotos permanecen asintomáticos hasta la edad adulta. Ciertas circunstancias, tales como la cirugía, el embarazo o una inmovilización, aumentan el riesgo trombótico. La manifestación más frecuente de la enfermedad es la trombosis venosa profunda de los miembros inferiores, complicada o no con una embolia pulmonar. También se ha descrito la posibilidad de ocurrencia de trombosis venosa cerebral o mesentérica.
Etiología
El déficit de proteína C está causado por mutaciones en el gen PROC (2q13-q14), que controla la producción de proteína C. La transmisión es autosómica recesiva.
Métodos diagnósticos
El diagnóstico se basa en la medida del nivel de proteína C. Los niveles de la actividad de la proteína C varían de 0 a 30% en las deficiencias graves y de 30 a 70% en las deficiencias parciales. Hay dos formas biológicas de la enfermedad. La deficiencia de tipo I se caracteriza por la reducción concordante de la actividad de proteína C y antígeno. En la deficiencia de tipo II, la actividad de la proteína C es reducida, pero el antígeno de proteína C es normal. Las pruebas moleculares están disponibles, pero son innecesarias para el diagnóstico.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye otras trombofilias hereditarias, como los déficits de antitrombina y proteína S.
Diagnóstico prenatal
El diagnóstico prenatal es posible para las familias con hijos afectados y se basa en la identificación de la mutación causal en el ADN obtenido de muestras de vellosidades coriónicas.
Manejo y tratamiento
La administración rápida de concentrados de proteína C o de plasma fresco congelado es crítica para el tratamiento inicial de la púrpura fulminante neonatal. En ocasiones es necesaria una intervención quirúrgica de escisión de las lesiones trombóticas. Los pacientes con trombosis son tratados con terapia anticoagulante (heparina, warfarina). Debe ponerse atención al riesgo de necrosis cutánea inducida por la cumarina (warfarina). El tratamiento preventivo está indicado, en el caso de claros antecedentes familiares de enfermedades trombóticas, durante el periodo perioperatorio o periparto.
Pronóstico
El pronóstico puede ser grave en pacientes homocigotos o heterocigotos compuestos. El pronóstico es bueno para los pacientes heterocigotos. Con una adecuada monitorización y tratamiento, el riesgo de enfermedad tromboembólica se reduce de forma considerable. El fallecimiento puede estar provocado por una embolia pulmonar.
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