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Porfiria aguda intermitente
Definición de la enfermedad
Es una forma grave poco frecuente de porfiria hepática aguda caracterizada por la ocurrencia de crisis neuroviscerales sin afectación cutánea.
ORPHA:79276
Nivel de clasificación: TrastornoResumen
Descripción clínica
Los pacientes presentan crisis neuroviscerales intermitentes que pueden persistir durante varios días y que se repiten durante varias semanas. Estos ataques se manifiestan como dolor abdominal intenso (>95% de los casos) y síntomas neurológicos y/o psicológicos. El dolor abdominal se asocia a menudo con lumbalgia que irradia a los muslos y con náuseas, vómitos y estreñimiento persistente. Los síntomas psicológicos son variables: irritabilidad, labilidad emocional, depresión, ansiedad considerable y, de forma excepcional, alucinaciones auditivas y visuales, desorientación, confusión mental. Las manifestaciones neurológicas pueden afectar tanto al sistema nervioso central como al sistema nervioso periférico (mialgia, paresia, parálisis flácida ascendente de las extremidades o convulsiones) y pueden conducir a complicaciones graves como la parálisis motora. La taquicardia y la hiponatremia son comunes durante los ataques. En casos con arritmia cardíaca y parálisis respiratoria (poco frecuente), los ataques pueden ser fatales. Éstos se desencadenan con mayor frecuencia por factores exógenos (fármacos porfirinógenos, alcohol, infecciones, dieta hipocalórica, estrés) y/o factores endógenos (hormonales, relacionados con el ciclo menstrual).
Etiología
La porfiria intermitente aguda está causada por una deficiencia de la enzima porfobilinógeno desaminasa (PBG-D; tercera enzima en la vía de biosíntesis del hemo) que conduce a un acúmulo de los precursores de porfirinas en el hígado (ácido delta-aminolevulínico, ALA y porfobilinógeno, PBG). La deficiencia enzimática está causada por mutaciones en el gen HMBS (11q23.3) que codifica PBG-D. La transmisión es autosómica dominante y la penetrancia es muy débil.
Métodos diagnósticos
La observación de orina rosada o rojiza después de la exposición a la luz evoca el diagnóstico de la enfermedad. El diagnóstico se basa en la evidencia de concentraciones elevadas de PBG y ALA en la orina y en la actividad residual de PBG-D en el 50% de los glóbulos rojos (no siempre se encuentra durante los ataques). El diagnóstico puede confirmarse mediante la identificación de una mutación causal en el gen HMBS.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial con otras porfirias hepáticas agudas se hace en función de la concentración de porfirinas en la orina y, particularmente, en las heces y el plasma.
Consejo genético
Se debe ofrecer asesoramiento genético a los pacientes y sus familiares con el fin de identificar a aquellos individuos susceptibles de desarrollar o transmitir la enfermedad.
Manejo y tratamiento
Cuando se confirma un ataque agudo, se requiere un tratamiento urgente con una inyección de hemina humana y/o perfusión de carbohidratos. El manejo incluye la supresión de factores desencadenantes, el alivio del dolor (opiáceos), de los vómitos y de la ansiedad, y la prevención de ataques (evitando factores desencadenantes, particularmente fármacos).
Pronóstico
En ciertos pacientes, los ataques son recurentes, lo que resulta en la necesidad de administrar inyecciones repetidas y más frecuentes de hemina humana. Los ataques paralizantes pueden indicar la necesidad de un trasplante hepático. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se producen ataques de porfiria aguda intermitente durante toda la vida adulta y la enfermedad rara vez es progresiva.
Información detallada
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